La
exposición sobre la obra fotográfica de Philippe Halsmann (Riga, Letonia, 1906-Nueva York,
1979) se vende a través de los medios por las imágenes de personajes famosos
saltando ante la cámara, un proyecto que el autor denominó jumpology. Gran idea para dar a conocer al artista en nuestro país,
pero solo eso, un gancho publicitario, porque el trabajo de este “psicólogo” es
sencillamente magnífico. Halsman dejó huella por todas partes, publicando
libros, impartiendo conferencias, diseñando, creando publicidad, pero sobre
todo en las grandes revistas tras la Segunda Guerra Mundial (Vogue, Modes, Harpers´Bazaar, Voilà, Vu
o Visages du monde), y especialmente
en las portadas de Life.
La
muestra, con los fondos de Philippe Halsman Archives, se divide en seis temas,
distribuidos en espacios: París, Retratos, Marilyn, Puesta en escena, Jumpology
y Dalí. Sorprenden las fotos de París, documentales y a la vez artísticas, con
una serie de retratos magistrales, entre ellos el de Micheline Less (1938)
cuyos ojos destellan. Excepcional también la imagen para el cartel y la invitación
de la exposición Portraits et nus
(1936), compuesta por tipos de imprenta y lentes de cámaras, uniendo así
literatura y fotografía.
Siguiendo
el orden aparecen los retratos que realizó a partir de los años 40, ya en New
York, donde entabló contacto con los grandes del arte, la literatura, el cine,
los espectáculos o la ciencia. Fue entonces cuando retrató desde Einstein hasta
Audrey Hepburn, y entre todos ellos a Marilyn Monroe, con una sección especial
donde Halsman se recrea en la suerte. En la parte dedicada a la puesta en
escena surgen las miradas de cine y las composiciones para las películas
emblemáticas, entre ellas Los pájaros
de Sir Alfred Joseph Hitchcock, conla
famosa foto en la que fuma un cigarro puro sobre el que posa un cuervo.
Jumpology es un retrato
psicológico, según palabras del propio autor, un juego en el que los personajes
saltan para desinhibirse. Unos aparecen con fondos neutros y otros con señales
de identidad, como la mexicana María Félix ante un cartel taurino. Es aquí
donde se muestra la capacidad de Halsman para embaucar a los protagonistas de
la imagen, que se prestaron a la prueba con un lenguaje corporal distinto al
habitual.
Cierra
el paseo el conjunto dedicado a Salvador Dalí, al que tomó 500 fotografías en
47 sesiones. La relación entre ambos fue extraordinaria y el resultado del
trabajo excepcional. En 1954 Halsman publicó Dalí´s moustache un libro en el que los bigotes de Dalí fueron la
excusa para demostrar que la fotografía tenía tanta fuerza como posibilidades
de aplicación y desarrollo. De todas las imágenes de Dalí, si se dejan caer por
la exposición, busquen El bandido tuerto,
una pieza en color del año 1966 tan moderna que desconcierta.
Toda
fotografía tiene en principio dos miradas, la del autor y la del voyeur. En la exposición de Halsman las
miradas de los visitantes (y con ellas sus cuerpos) iban de un lado a otro, de
acá para allá, pero no para revisar o comparar, sino para descubrir y aprender,
se notaba en sus expresiones, en sus sonrisas y en alguna otra exclamación
afortunada.
Caixa Forum (hasta el 26 de marzo de 2016)
Caixa Forum (hasta el 26 de marzo de 2016)
Comentarios
Publicar un comentario