Del 31 de mayo al 2 de
septiembre la gente que esté en Madrid puede disfrutar en la Sala Fundación
Mapfre Recoletos de la exposición dedicada al fotógrafo de origen
austrohúngaro, Brassaï (1899-1894). Nacido en Brassó, antigua Transilvania,
Gyula Halász mostró desde muy joven interés por las artes y la literatura,
mudándose a estudiar primero a Budapest y Berlín, y ya en 1924, a París, donde
se quedará definitivamente, y en la que decidió asignarse el pseudónimo de Brassaï
en honor a su ciudad natal. El comisario encargado de organizar y llevar a cabo
esta exposición es Peter Galassi, el que fuera conservador jefe del
departamento de fotografía de 1991 a 2011 en el Museo de Arte Moderno de Nueva
York (MoMA). Numerosas han sido las instituciones y centros que han colaborado
para que esta exposición fuera posible a través de los préstamos de sus obras,
entre los que podemos citar el Estate Brassaï Succession (París), Centre
Pompidou (París), Museum of Modern Art (Nueva York), Metropolitan Museum of Art
(Nueva York), Museum of Fine Arts (Houston), Philadelphia Museum of Art, Art
Institute of Chicago, entre otros. Esta exposición viene directamente desde
Barcelona, ciudad en la que se ha podido ver anteriormente, pues desde 1993 no
se había podido disfrutar en España de una recapitulación de toda la obra y
documentación del autor. Es una recapitulación de su obra, pero eso no indica
que tenga que ser una exposición cronológicamente organizada. En este caso,
vamos a poder encontrar doce sesiones temáticas, muy diferentes entre sí, pero
que a su vez, van a estar en armonía gracias a la gran variedad que poseen las
fotografías de Brassaï. Dentro de su obra podemos encontrar desde monumentos de
París, a los rincones más recónditos de la ciudad, pasando por escenas de la
vida nocturna parisina, una de las temáticas más importantes de su obra, hasta
retratos de personalidades del mundo del arte como Dalí o momentos cotidianos
de calles de ciudades como Londres o Barcelona. De este modo, gracias al gran
trabajo fotográfico que hizo Brassaï, se puede observar cómo reflejó la moda
que surgió durante los años 20 y 30 de realizar fotografías basadas en el
potencial que se le podía sacar a las imágenes cotidianas y descriptivas del
día a día. La estructuración de la exposición es de gran ayuda para entender de
manera global su visión revitalizadora de todo este movimiento sobre la
importancia que merecen las imágenes cotidianas. Del mismo modo, tanto el color
de las paredes, como el montaje de las fotografías, el recorrido a seguir, como
la propia selección de éstas, forman un conjunto de elementos que consiguen que
el espectador comprenda su mirada e ímpetu renovador de la fotografía del
momento.
María Collado Rodríguez
Vista desde el Pont
Royal hacia el Pont Solférino, c.1933
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